ÁCIDO MURIÁTICO

Ácido Muriático en la Construcción, el riesgo de emplearlo, CODELPA

El uso del Ácido Muriático (Clorhídrico) en la construcción, es un hábito muy común para eliminar las sales de fraguado de las superficies estucadas, que no son visibles, y las de los ladrillos que sí lo son, proceso que hay que hacer, porque ellas actúan como anti-adherentes, sin embargo sugerimos hacerlo solo con agua , (así se hace en Europa y USA).

El ácido es absorbido en parte por la superficie, dañando (oxidando) la estructura (fierros de mallas, cadenas y pilares), y los productos que se apliquen sobre ella a través del tiempo, como las pinturas, revestimientos, yeso, y estuco; además si se quema el muro antes de los 28 días, se detiene el proceso superficial de fraguado, que se verifica bajo un ambiente alcalino, propio de los cementicios, generando una superficie “polvorienta”, con propiedades mecánicas disminuidas, no lográndose las propiedades mecánicas previamente establecidas en la relación cemento/arena, generando malas adherencias de todo lo que se aplique sobre él.

Así también, cuando se aplica el ácido y se lava posteriormente, el agua acidulada escurre por los muros, siendo absorbida por el cimiento y sobre-cimiento de la estructura, que cuando se riega cerca de ella, o caen aguas de lluvia, el ácido se activa, generando los clásicos “salitreos” en los muros a unos 70 centímetros desde el suelo, debido a la presión capilar de los materiales, defecto muy común de ver en las viviendas, que no tiene soluciones pintureras, sino que constructivas, como los drenajes perimetrales, para evitar que el agua ingrese a la vivienda.

El Ácido Muriático daña superficialmente la superficie estucada, debido a que sólo destruye el cemento y no la arena, que es el ligante de él, generando una superficie polvorienta, con material suelto y disgregado, siendo una superficie de mala calidad para la adherencia de las pinturas y revestimientos en general.

La forma de hacer presente este daño, es el burbujeo que se produce cuando se aplica el ácido, que es una señal visual que estamos destruyendo el “alma” del estuco que es el cemento, que consiste en general, en calizas, arcillas, yeso, e hidróxido de calcio, debido a que se produce un gas que se llama Dióxido de Carbono, que se produce por la destrucción de las calizas del cemento, más cloro gaseoso por la destrucción del hidróxido de calcio.

En caso de los ladrillos y enchapes de arcilla, ellos “salitrean” durante el proceso de fraguado del mortero de pega, generando en un principio una gran cantidad de sales muy visibles sobre las caras de ellos, las que deberán eliminarse después de 28 días, sólo por “hidrolavado”, y no con Ácido Muriático, debido a que los ladrillos en general son muy absorbentes, y si se hace, parte de él no podrá salir con el lavado, quedando el ácido en el interior de ellos, dañando en el largo tiempo a los ladrillos, y a las propiedades mecánicas del mortero de unión.

La Cámara Chilena de la Construcción emitió a principios del año 2009, un libro instructivo del Comité de Especialidades que me tocó presentar ante unos 150 profesionales, sobre cómo pintar sobre los distintos materiales de construcción, donde se dice claramente que las sales de fraguado deben eliminarse solo con agua, por las razones anteriormente descritas, omitiéndose el uso del Ácido Muriático en el documento.

RESUMEN

  1. El ácido Muriático destruye solo el cemento que es el ligante de la arena, quedando parte de ella suelta en la superficie, disminuyendo sus propiedades mecánicas superficiales.
  2. El ácido Muriático detiene el proceso de fraguado, si se aplica antes de los clásicos 28 días.
  3. El ácido Muriático queda en el interior del muro, porque no se degrada, generando los famosos “salitreos, o eflorescencias salinas” a 70 cm desde el suelo, cuando se humedece el muro por agua de riego, lluvias, o humedad freática.
  4. El acido Muriático queda en el interior del muro, porque no se degrada, oxidando los fierros que hay dentro de pilares y cadenas, y las clásicas mallas metálicas.

Fuente: Rodrigo Infante Tirado Licenciado en Química-PUC de Chile Miembro de la Asociación Chilena del Color Miembro del Comité de especialidades de la Cámara Chilena de la Construcción

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